jueves, 15 de enero de 2015

Análisis de fachadas

ANÁLISIS DE FACHADAS 

IGLESIAS:

San Agustín


"Iglesia de San Agustín"

Precede el atrio una cruz que se destaca de las demás por la presencia de un crucifijo tallado en ella. El atrio se destaca por sus tres escalinatas descendentes que se ubican bajo el nivel de la calle.
La composición general de la fachada, inicia en dos paramentos laterales simétricos que enmarcan la estructura central de piedra, éstos paramentos encalados, están compuestos por dos cuerpos y una sola calle o faja (cada uno), enmarcados por una arraba de círculos entrelazados, arranca en un zócalo plano que pasa inadvertido pues también está revocado de cal. 

San Francisco
"Iglesia de San Francisco"


Sobre la plaza del mismo nombre, se eleva majestuosa la fachada franciscana, al igual que las demás fachadas, ésta funde la piedra como un solo elemento monolítico inciso dentro de un blanco muro de adobe y ladrillo, revocado de cal.

La fachada pétrea del templo surge del atrio como una continuación ascendente de aquél, piedras almohadilladas forman el zócalo en el que se insertan cuatro medios dados decorados en su cara frontal con un gran tetrágono (rombo) en alto relieve, rematado con un listel que se desarrolla a lo largo de la parte superior del zócalo, éstos dados sostienen cuatro media columnas Toscanas, los paramentos de las calles laterales del primer cuerpo están realizados en piedra sillar con decoración de medias cañas en las juntas, lo que imprime a la obra las primeras características manieristas del conjunto, sobre este fondo se insertan fajas horizontales de textura áspera, que rompen la verticalidad tensionante de las columnas, éstas fajas realizadas en altorelieve que van de un extremo a otro de las calles laterales, interrumpidas únicamente por dos ventanales rectangulares incisos en el centro, las fajas se adentran en las jambas laterales, la clave se une armoniosamente a éstas guardando el equilibrio estético de la composición. 

La compañía de Jesus
"Iglesia La Compañía de Jesus"



Se inició su construcción en la segunda década del siglo XVIII (1722) y se terminó entrada ya la segunda mitad del mismo siglo (1765).


Es en verdad un retablo de piedra en cuyas hornacinas aparecen de cuerpo entero las imágenes de los santos más venerados de la hagiografía jesuítica: el Fundador, San Ignacio de Loyola, y San Francisco Xavier, San Estanislao de Kostka y San Luis.  Adquieren personalidad de protagonistas el juego de columnas Salomónicas, cuyas espiras dialogan como una oración encarnada en piedra es deslumbrante observar el esfuerzo que habrá implicado el primor del decorado, relieve de encaje obtenido sobre la dura consistencia del material. Fr.José María Vargas. Sobre los dinteles de las puertas laterales se admiran, como símbolos teológicos, los Corazones de Jesús y de la Virgen, íntimamente vinculados al sentimiento religioso popular.


Entre los detalles más significativos y cuidadosamente esculpidos cabe destacar los que aparecen sobre el arco del dintel de la puerta céntrica. La estatua de la Inmaculada Concepción, de juvenil lozanía, cuya mirada parece reflejar el éxtasis de amor maternal en su expresión más diáfana, sobre la hornacina en que se levanta, la alegoría hierática e imponente del Espíritu Santo. En su soporte y a los lados los rostros de los ángeles parecen transidos de íntima y entrañable devoción al rendir culto a la madre de Dios. Espirales, con realistas representaciones de los frutos de la tierra, de bien trazadas líneas geométricas, separan las imágenes laterales de ángeles, en actitud de oración, sin alas y con las manos juntas mirando hacia la Inmaculada. Detalles que ante la grandiosidad del conjunto pasan casi inadvertidos a la visión no muy atenta; son obras de profundo contenido estético, en ocasiones ritual y alegórico, que dan peremne testimonio de la gran categoría técnica y creativa de los imagineros quiteños de la época en que nuestra ciudad era un auténtico núcleo de irradiación del arte religioso del continente. Existen similitudes entre las columnas salomónicas del baldaquino de la Basílica de San Pedro en Roma, talladas por Bernini, y el frontispicio de ésta iglesia quiteña en que el Barroco llega a su más admirable esplendor.

MUSEOS:

Museo de arte contemporáneo

"Museo de arte contemporáneo - Antiguo hospital militar"



Este sanatorio, ubicado en San Juan, fue construido a inicios del siglo XX, primero por Schmidt y luego por los arquitectos s italianos Durini, constructores de algunas de las mejores edificaciones de Quito. El siglo XXI, el Fondo de Salvamento lo restauró y lo convirtió en Centro de Arte Contemporáneo, destino que satisface a la mayoría de los quiteños.
Esta obra arquitectónica se acopla perfectamente a las irregularidades de la pendiente del cerro San Juan, en las faldas del volcán Pichincha. La edificación es una muestra del estilo neoclásico, prevalente hace 100 años. Diez pabellones de dos pisos se distribuyen simétricamente en abanico, a partir de un cuerpo principal curvo. 
Las condiciones de iluminación, ventilación y especialmente de salubridad de la obra son impresionantes para la época. Justamente estas dan una clara indicación de que, pese a nuestras limitaciones, los ecuatorianos siempre hemos tenido una clara conciencia civilizadora. 


Museo de la ciudad


"Museo de la ciudad"
"Museo de la ciudad"
El Museo de la Ciudad tiene su sede en el corazón del Centro Histórico de Quito, en el edificio civil más antiguo de la ciudad, fundado en 1565 por orden del Rey de España, como Hospital de la Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo.
Desde el siglo XIX adoptó el nombre de Hospital San Juan de Dios, con el que se le ha conocido hasta nuestros días.
La instalación de hospitales en las recién fundadas ciudades españolas respondía a la mentalidad cristiana medieval, que enfatizaba la importancia del bien común y valoraba la solidaridad y la atención al menesteroso.


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